Corría el año 1985 y los seguidores de la pelota en Villa Clara estaban tristes por una gran pérdida. No precisamente un campeonato se dejó ir, sino que uno de los mejores inicialistas de la “Maquinaria Naranja” vestía entonces la franela avileña. Se fue Alejo O´Reilly, una de las razones de tantos aplausos y euforia.
Actualmente, y luego de una extensa lista de injusticias, este fornido ex pelotero funge como entrenador de los Tigres de Ciego de Ávila, y con jovialidad accede a nuestra petición de conversar unos minutos.
¿Quemadense?
“Si. Nací en Quemado de Güines y ese es uno de mis grandes amores aunque esté lejos ahora. Cada vez que puedo voy, porque es la tierra que me vio nacer y la quiero con el alma.
“A los 9 años empecé allá con el entrenador Fermín Mestre en un terrenito pequeño, de ahí pasé a la EIDE en Sagua la Grande con Juan Rodríguez. Desde ese momento mi vida se convirtió en una pelota y un bate”.
Debutas en 1978 y mereciste el galardón de Novato del Año. ¿Cómo recuerdas ese comienzo?
“Para mí fue impresionante, pues en ese equipo Villa Clara había muchas figuras destacadísimas. Fue muy bueno jugar con peloteros como Luis y Pedro Jova, Juan Mesa, Rafael Rodríguez, Alberto Martinez, Antonio Muñoz, era tan buen conjunto que fuimos tres años campeones…imbatibles. Recuerdo con mucha emoción mi primer jonrón en series nacionales, frente al espirituano Alberto Acosta con una recta pegada”.
Luego de gozar de gran popularidad en Villa Clara y de tener un buen rendimiento decidiste irte a Ciego de Ávila. ¿Por qué?
“Me fui porque el año 85 no quedamos entre los primeros lugares y supongo que, a modo de castigo, por un rendimiento menor de lo acostumbrado me sacaron de la selectiva.
“No fue solo el hecho de que me dejaran fuera, sino que nunca dieron motivos de peso y pareció que estaban jugando conmigo. No había justificación para sacarme y poner entonces a un novato en ese momento como René Peña, que fue buen pelotero, pero rindió menos en aquel entonces.
“Se dijo que las medidas eran para todo el mundo, pero fui el único que quedó fuera. Pensé mucho en lo que haría y al final, la gente apoyó la decisión de irme”.
“Ya en Ciego de Avila me adoptaron como hijo de ahí. Allá tuve mi casa, mi familia…mi vida”.
Regresar al Sandino en el equipo contrario…
“Fue impactante. La primera vez que jugué allí, después de haberme ido fui con algo de tensión, porque pensaba que el publico me iba a chiflar y ofenderme, pero fue lo contrario, todos se pararon y me aplaudieron…compadre se me salieron hasta las lágrimas”.
En la selección nacional…
“Debuté en 1987 en los Juegos Panamericanos de Indianápolis, pero jugué muy poco también. Optaron siempre por Medina o Casanova. El único que siempre abogó por que me pusieran fue el ya desaparecido José Miguel Pineda, a él yo le agradezco muchas cosas en la pelota. “Recuerdo que siempre insistía en que la única primera base natural de ese equipo era yo, por eso hablaba mucho conmigo para darme ánimos y confianza. En ese año, en la final contra Estados Unidos, salí de emergente y conecté hit y doble…me sentí muy bien, principalmente porque no lo había hecho quedar mal”.
¿Su mejor director en el equipo Cuba?
“He respetado mucho a todos los DT que tuve en la selección nacional, pero no tengo buenos recuerdos de ninguno, porque no hubo uno que no me llevara recio y fuera injusto conmigo. Siempre dijeron que yo comía mucho o estaba fuera de peso, pero creo que si a la hora de batear era bueno, el peso era secundario en ese momento. Además, defensivamente no era de los más malos. En las series nacionales bateaba, en los entrenamientos para el equipo Cuba también… y al final nunca era regular”.
¿Y la actualidad?
“Eso ha pasado ahora igual. Creo que tenemos muy buenos peloteros en cada una de las posiciones, las improvisaciones no las veo justificadas en ninguna situación.
“Veo mucho mejor el criterio de selección ahora que en mi tiempo como pelotero activo. Son más justos, aunque quedan cosas que no se explican a veces, pero se ha ganado en ese aspecto. Creo que se “enamoran” mucho de los peloteros.
La calidad de la pelota cubana…
“Dicen que la pelota se ha estancado y no es del todo cierto. Nos quedamos estáticos en la técnica y los modelos de entrenamiento con respecto al mundo, pero la calidad del pelotero cubano es innegable. Somos una tierra de béisbol y eso no se puede obviar”.
La 49 Serie Nacional…
“Está mejor de lo que yo esperaba. Pero tenemos que hacer maravillas para mantener la estabilidad en el rendimiento físico de los muchachos con estos nuevos horarios de juego. Es muy fuerte jugar seis veces a la semana de día. No da tiempo a la recuperación y nos impide entrenar. Pudiera pensarse en eso”.
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