ALFREDO DESPAIGNE O LA RUTA DE LOS JONRONES

Por Dilber Reyes Rodriguez Cuando el tres de mayo de 2009 el slugger granmense Alfredo Despaigne hacía añicos el récord cubano de jonrones, la historia del béisbol en la Isla también lo inscribía como el único en llegar a 100 cuadrangulares en sus primeras cinco temporadas. Como para confirmar su autoridad en el más popular departamento ofensivo de la pelota, el recién concluido mundial en tierras europeas fue escenario de otra hazaña universal. Aún así, -no sé si por modestia o extraños conceptos personales- el fenomenal muchacho rechaza clasificaciones, amén de los elocuentes números. "No me considero un jonronero. Sólo salgo a pegarle bien a la bola. A veces sí los busco, como intenté en la última comparecencia en el partido final del mundial; pero generalmente no lo hago. "Creo que para eso es necesario tener una combinación casi perfecta de mucho tacto y fuerza, salir siempre a darle en el medio a la bola y hacer un swing rápido y dirigido más allá de las cercas. "En mi caso, los técnicos valoran que la cualidad más influyente es la velocidad y aceleración del swing, su ejecución en forma de golf, y también el tacto, el cual pienso que puedo mejorar." ¿Pudo ser mayor la cantidad de jonrones en la Serie Nacional pasada? Al ritmo que los marcaba parecía que sí. Los primeros 16 los hice en 57 juegos, y el resto en 33; sin embargo, aunque algunos creen que la presión o la ansiedad por lograr la marca me afectó, lo cierto fue que sentí cansancio, el swing no era el mismo y sólo superé la cota anterior en uno. Pero repito que no me obsesionaba la marca. En el mundial de Europa tampoco sabía que iba por un récord. Me enteré cuando terminó el juego del jonrón 10, y me alegró mucho, sobre todo porque se quedara en casa, en manos de un cubano. Sin embargo, fue muy triste el último partido. Cuando salí a buscar un batazo que redujera a uno la diferencia con Estados Unidos, y fallé, me molesté mucho. Tenía que darlo a esa hora. Ahí era cuando valía de verdad, por el equipo, más allá de cualquier récord. En Italia perdimos ante un buen conjunto. No obstante, les pido a los cubanos un poquito de paciencia. Hay una gran cantera de jóvenes talentos aún por madurar, pero con calidad suficiente para devolverle a la Isla la primacía en la pelota en muy breve tiempo. Muchos aficionados y especialistas coinciden en que Cuba encontró por fin su cuarto bate. ¿Es un turno cómodo para ti? Me siento preparado en cualquier posición ofensiva. Inicié en Series Nacionales como primer bate, luego fui segundo y ahora cuarto. El turno que decidan los expertos lo asumiré con responsabilidad. Siempre estoy preparado para batear. No obstante, debo ganar en calma, escoger mejor los envíos y pensar, analizar más a los lanzadores. También debo corregir algunos errores técnicos, aunque en eso he tenido la suerte de contar con la ayuda de Kindelán, Pacheco y otros grandes. ¿Romper tu propio récord es una meta para la cercana Serie Nacional? No exactamente. Trataré de hacer lo mismo que en cinco años anteriores, jugar bien, y sobre todo, ayudar mucho al equipo de Granma; no sólo con mi rendimiento, sino con el total apoyo a los jóvenes que este año renovarán la selección. Cierto es que mi meta, como todos los años, es superar el average y las impulsadas, así como dar uno o dos jonrones más que la temporada anterior, lo cual significa 33 o 34 en esta Serie. Si puedo, bien, aunque no es la prioridad. Eres muy joven y ya tienes muchos sueños realizados ¿Qué esperas ahora de tu futuro como pelotero? No te diré que Cuba retome la cima del béisbol en el mundo, porque eso será una realidad a corto plazo, puedes estar seguro. Sin embargo, he oído a muchos atletas que integran los mejores conjuntos del país, incluso campeones de nuestras series, desear consagrarse como regulares en los equipos Cuba. Curiosamente, a mí me sucede lo contrario, estoy viviendo el supremo honor de representar a la Isla en lides internacionales, y ahora mi gran sueño es ser titular nacional con Granma. En esta provincia me he convertido en lo que soy. Su gente me ha demostrado un cariño y admiración extraordinarios, y su equipo será el mío siempre, aunque para ayudar a hacerlo campeón tenga que echar toda mi vida deportiva.