Vladimir García, el supersónico cerrador avileño, fue utilizado como abridor este jueves frente a Las Tunas y caminó hasta el séptimo capítulo, cuando los «leñadores» le cayeron encima. Es el colmo de la improvisación, sobre todo porque Ciego de Ávila no tiene necesidad de tales delirios.
En total, Vladimir permitió 11 hits y seis carreras limpias, cuatro de ellas en la séptima entrada. Me retracto si a partir de ahora lo utilizan siempre en esa función, pero es inaceptable que hoy sea abridor y mañana cerrador.
Tampoco me gustan los abridores utilizados para apagar el fuego ocasionalmente, al menos hasta que no lleguen los play off. El cienfueguero Norberto González, por ejemplo, es uno de los que a cada rato viene a cerrar un partido.
También Alberto Bicet e Ismel Jiménez, por solo mencionar otros dos casos, hacen una cosa y otra, indistintamente. En la pelota existe la especialización y en ese aspecto otros países nos llevan tremenda ventaja.
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