DE CUANDO UN ESTADIO ENMUDECIA Y OTRO SE VENIA ABAJO DE LA RISA

Por miguelito (aficionado deportivo)

No se como se llama, ni que aspecto tenía, porque nunca lo vi en persona, pero tiene un récord guiness (creo que no reconocido) de haber logrado, muchísimas veces -tantas que son incontables- , que decenas de miles de personas hicieran silencio absoluto; y conste que no estoy exagerando,…..se podía oír volar una mosca desde cualquier parte de las gradas.

Los que peinan canas, y los que ya no tienen nada que peinar, de seguro lo recuerdan, estoy refiriéndome a “Voz de Trueno” (apodo por el que lo conocíamos mis amigos y yo, el anunciador oficial del Latinoamericano.

Era parte del juego de pelota, desde que decía “Buenas noches, aficionados” y después de algunas pocas palabras, empezaba a descifrarnos el orden al bate, que en vertical y a ambos lados de la vieja pizarra nos habían colocado, cual puzzle de números y letras que nunca podíamos solucionar completamente.

A medida que el juego transcurría, y junto a él, los que se desarrollaban en otros terrenos del país, el buen comunicador se entretenía con su público enorme, y se divertía al dar los resultados parciales de los demás partidos. Apelando a mi mala memoria, era algo así como:……información de los juegos que se están celebrando en otros parques……..en el Guillermon Moncada....….en 4 entradas completas………Azucareroooooooos…………….dooooooooooos…………...Mineroooooooooooooooooooooooooos………………

y el abarrotado Latino enmudecía, incluyendo a los muchos orientales en aquellas gradas.

Ahi se demoraba todo lo que quería,- y aún más-, para al final, después de cerciorarse que todos estaban prestándole la máxima atención, soltar cada letra contenida: …………………………..ceeeeeeero.

Era todo un personaje el hombre, tenía una forma peculiar de anunciar a los bateadores, con una entonación muy característica.

…número cuatro…..Rodolfo Puente……….torpederoooo………..

…numero uno..….José Antonio Huelga……..lanzadoooor………..

Claro, el encanto de los números se terminó con Marquetti, ahí empezó el relajo, pues hasta ese momento los peloteros ocupaban casi sin vacantes los números naturales, y al toletero de Alquizar, se le ocurrió ponerse el 40,¡.que clase de numerazo!, se veía extrañísimo, pero nuestro amigo se las arregló para entonarlo con su modo único.

Después han venido otros extravagantes con números altísimos, hasta llegar al 99 de Pedro Luis Lazo.

Pidiéramos hacer una encuesta sobre que pelotero ha utilizado mayor cantidad de números, pudiéramos hacerla de cual ha jugado toda su vida, en todos los equipos con el mismo, y así sucesivamente, la que no haría falta hacer es la referente a que pelotero ha utilizado el número que mejor le viene, esa no sería necearía , porque la respuesta es categórica: Eddie Gaedel (déjame escribir el apellido con cuidado, para que no me quieran crucificar después).

Eddie solo bateó una vez en la gran carpa…..bueno, en realidad tuvo una comparecencia al plato, porque no llego a batear, le tiraron 4 malas para el boleto de tránsito libre.

Ah…el número de Eddie: 1/8 !!!.

El caso es ,que a quien pudiera haber sido un primer bate ideal ,(bateando como designado), le sobraba una lienza de llavero, de esas que sacan la lengua hasta el metro solamente, para haber medido la distancia que separaban sus spikes de su gorra…….demasiado enredado?….Eddie era enano!!!!!.

El paso del cirquero por las mayores se debió al tremendo sentido del humor (y al tremendo bolsillo, por supuesto), que tenía el dueño de San Luis, Bill Veeck (ya estoy nervioso con lo de los apellidos).

En el entrejuego del doble entre San Luis y Detroit, celebrado el 19 de Agosto de 1951, al estilo de las películas de gángsters, le llevaron al manager Zack Taylor un enorme cake (sería tan grande?) donde en lugar de una linda corista, estaba escondido el enano enfundado en su traje a la medida.

En el final del primer inning, fue anunciado (nostalgia por Voz de Trueno…..hubiera brillado en las Grandes Ligas ???), para batear de emergente por Frank Saucer, con el numero… un octavo….Eddie Gaedel.

Eddie tenia orientaciones precisas de no tirarle a ningún lanzamiento, y para asegurarse de ello, Veeck lo amenazó con francotiradores en el techo del estadium, cosa que por supuesto, no hacia falta pues el lanzador Bob Cain trato de marcar y la primera pedrada dejó al enano mas tieso que croqueta de pescadería….dicen que el catcher termino acostado para bajar la zona y que los espectadores rieron a carcajadas con la ocurrencia de Veeck, quien pagó por su gracia la nada despreciable suma de 100 dólares….. (eh, que estamos en 1951)….y sin tener que investigar ni averiguar mucho, les puedo asegurar que debe haber ganado un billete largo en una apuesta muy singular…….”voy a tener un pelotero en el equipo que con solo un turno al bate va a pasar a la posteridad”….no lo dude….algún apostador se compró la papeleta!!!!