TALENTO CUBANO TRAS LA MASCARA

Por Marino Martínez

No nació con un bate en la mano, pero desde bien pequeño Yasmani Grandal dejó en claro que el béisbol era lo suyo.

Considerado el segundo prospecto de su posición, el receptor de los Huracanes de la Universidad de Miami se encuentra nominado para el premio Johnny Bench que se le otorga al mejor catcher defensivo y tiene excelentes posibilidades de ser seleccionado en junio en la primera ronda del draft universitario para firmar con un equipo de Grandes Ligas.

"Estoy listo para pasar al profesionalismo'', manifestó Grandal. "Mi mayor aspiración es llegar a las Mayores''.

Nacido el 8 de noviembre de 1988 en Güira de Melena, un pequeño pueblo ubicado al sur de La Habana, Grandal llegó a Estados Unidos a la edad de nueve años y estudió en Miami Springs High School.

Mide seis pies y dos pulgadas, pesa 210 libras y batea a las dos manos. La calificación que tienen los scouts sobre este jugador es alta, y dice así: excelencia defensiva, potente brazo y certeros tiros a las bases, sabe manejar a los lanzadores, inteligente, posee un swing rápido y es un buen bateador con fuerza en ambos lados del plato.

Con este reporte de los expertos y luego de verlo jugar en la serie del pasado fin de semana frente a los Seminoles de Florida State, podemos afirmar que estamos en presencia de un joven con las credenciales para llegar y brillar en Grandes Ligas.

En el 2007 estuvo ubicado como el prospecto número 47 y los Medias Rojas de Boston estuvieron interesados en firmarlo, pero Grandal -con 19 años en aquel momento- decidió seguir sus estudios universitarios y acumular una mayor experiencia.

"Tuve la tentación de firmar'', explicó Grandal. "Pero no me arrepiento de haber ido a la UM''.

Desde entonces, a base de mucha dedicación en los entrenamientos, el cubano se ha convertido en un pelotero más completo y en el mejor receptor defensivo del béisbol universitario.

Fue seleccionado Jugador de la Semana de la Conferencia de la Costa Atlántica entre el 5 y el 11 de abril. Durante ese período, bateó de 20-11 con cuatro jonrones, 10 impulsadas y siete anotadas.

Grandal está al frente de su equipo en varios renglones ofensivos después de siete semanas de torneo: promedio, impulsadas, jonrones, total de bases, slugging y embasamiento. Hasta el juego del miércoles tenía average de .429, 47 impulsadas y 10 jonrones, marcando el paso de su Conferencia en promedio, slugging (.764) y embasamiento (.548).

En sus últimos 20 juegos batea para un impresionante promedio de .513 (76-39), con nueve jonrones, 32 impulsadas y 20 anotadas.

En la temporada del 2009 lideró a los Huracanes en jonrones con 16, terminó segundo en slugging (.599) y total de bases (118), su average fue de .299 y pegó un jonrón cada 12.9 veces al bate.

A la defensa sólo cometió seis errores en 323 lances. Su actuación lo llevó a integrar el equipo nacional universitario de Estados Unidos que ganó en Japón el torneo World Baseball Challenge.

Su madre María Gómez es profesora de matemática de Junior High de la escuela privada Edison y su padrastro Eliecer Gómez es trabajador de mantenimiento. Precisamente fue con Eliecer con quien realizó las primeras prácticas detrás del plato.

"Yo tenía 13 años y era tercera base de un equipo que él dirigía. Un día me aconsejó que jugara receptor y desde entonces me enamoré de esta posición’’, indicó Yasmani.

"Mis ídolos en la receptoría son Jason Varitek, Jorge Posada e Iván Rodríguez. Si algún día logro jugar en Grandes Ligas quisiera parecerme a ellos’’, apuntó el muchacho cubano.

Los Huracanes, ubicados en la posición número 11 en la nación, han ganado cuatro títulos y están en el segundo lugar de su Conferencia.

"Nuestro equipo es similar al que ganó la corona en 1999‘’, aseguró Grandal. "Vestir el uniforme de los Huracanes es motivo de orgullo y nada me gustaría más antes de pasar al profesionalismo que ayudar a mi mánager Jim Morris a conquistar el quinto campeonato nacional para Miami’’.

(Tomado de El Nuevo Herald)