Por Victor Joaquín Ortega y Dr. Jaime Cervantes
Los estudiantes se lanzan al terreno del estadio del Cerro para protestar contra la tiranía de Batista, portan una pancarta, con los nombres de varios revolucionarios, la policía de Batista se lanza contra ellos, Amado Maestri se pone al frente, la policía los ataca.
Desde entonces el pueblo cubano lo amó más, porque ya desde antes lo amaba.
El gesto de Maestri era lógico en un hombre que siempre se opuso a lo mal hecho.
Su relación con el beisbol fue haber vestido la franela del club de béisbol Cubanaleco como receptor de 1928 a 1930. Una vez, al hacer un tiro a la intermedia sintió que se le "cayó" el brazo y desde ese momento pensó dedicarse a la profesión de ampayer. Para él no había cosa que le gustara más que poner fuera a un corredor que tratara de colarse a la goma.
Dirigente sindical de los eléctricos, participó en la huelga de 1935 contra Batista. Como resultado de esa huelga, el dictador decretó la cesantía en las industrias de todos los líderes obreros y ahí entraba también Maestri, incluso estuvo preso muchos días. Esa orden equivalía a morirse de hambre un amigo le aconsejo:
-. Compadre ¿Por qué no te metes a ampaya? Tienes condiciones y con esto ayudas a resolver tu problema económico.
Debutó en el campeonato juvenil de 1935, organizado por la Unión Atlética de Amateurs. De inmediato ganó un puesto en la Liga Nacional; el brillo propio lo conduciría a la profesional y a agigantarse. Su maestro en el ampayeo fue Kiko Magriñat, reconocido en Campeonatos Profesionales y Series Mundiales, él le enseñó todos los secretos y pronto Maestri estuvo como ampayer en el beisbol profesional.
Dos años después, su labor detrás del plato era bien reconocida.
Cuando me decidí a ampayar –confesó Amado- no lo hice muy a gusto a pesar de mi situación. Lo pensé mucho. Sabía que la profesión no era muy grata pero esperaba triunfar en ella.
Triunfó. ¿Por qué? Conocía las reglas del beisbol, estudiaba, oía los consejos de los más experimentados, quería la lid de los hits y de los outs profundamente. Claro su base para vencer estaba en el coraje y la honradez. Supo llamar la atención a tiempo, jamás fue débil ante la protesta airada, respetaba y se daba a respetar, en una etapa en que no pocas ocasiones tendrían que intercambiar trompadas con los expulsados después del juego.
Aquí en México se publicaron las siguientes palabras: Muchas veces cuando expulsaba a algún jugador éste le decía el acostumbrado:
– Nos veremos afuera, haber si sigues siendo tan hombre.
Terminaba el juego, se quitaba la pechera, la careta y ya no era umpire, sino el hombre que acepta un reto y buscaba al retador.
En su carrera en Cuba tuvo problemas serios con Tomás de la Cruz, Carlos Colás y Leo Durocher, a quien expulsó del juego por grosero y aunque lo retaba en el terreno, al término del encuentro se llevaban como buenos amigos
Para Maestri, Martín Dihigo fue el mejor lanzador que conoció en su vida.
A principios de la década de los 40s se fué a México contratado por Jorge Pasquel y se le reconoce como uno de los mejores ampayers que ha habido en el beisbol de verano. Gustó mucho su actuación por la seguridad de sus veredictos, los cuales marcaba rápidamente, sin titubeos.
Corría el año de 1946, Amado tenia de compañero a otro grande, Raúl “El Chino” Atán. Jugaban El Mexico vs El Veracruz en el PARQUE DELTA.
Amado estaba en home, Atán en bases. Colás tocó la bola, Maestri decretó foul, más el catcher Owen tomó la pelota y tocó a Wright que venía desde la tercera en pos del home. , Owen brincó gritó y protestó y dijo Maestri:
Corría el año de 1946, Amado tenia de compañero a otro grande, Raúl “El Chino” Atán. Jugaban El Mexico vs El Veracruz en el PARQUE DELTA.
Amado estaba en home, Atán en bases. Colás tocó la bola, Maestri decretó foul, más el catcher Owen tomó la pelota y tocó a Wright que venía desde la tercera en pos del home. , Owen brincó gritó y protestó y dijo Maestri:
- Owen se me vino encima como una fiera. Pero con los brazos hacia atrás para demostrar que no tenía intención de pelear, sino de discutir, de echarle a la escena un poco de coraje y pimienta. Mickey Owen chillaba y hacía su show, no despegaba la cara de la mía. Pero nada decía que pudiera molestarme, comprendiendo que la protesta se prolongaba demasiado le dije:
- Usted está expulsado del terreno.
Y aquel hombre que parecía comerse el mundo, bajó la cabeza se quitó los arreos y obedeció sin decir una palabra más.
Más cuando Owen se iba a las regaderas, bajó el magnate Pasquel y le dijo:
-Si tienes vergüenza lárgate del campo ahora mismo.
Amado le contesto:
-Yo me iré del campo y de México al terminarse el juego, pero quien tiene que largarse en este momento, sin perder un segundo eres tú - y lo expulsó-
Pasquel intentó regresar a liarse a golpes con Amado, El Chino Atán los separó.
Luego “El Sordo”, ayudante de Pasquel intentó apuñalar a Amado; la intervención de Atán lo evitó. Maestri continuó actuando hasta el último out, al otro día renunciaba y se marchó.
Después del juego y del incidente ruidoso, Owen vino a verme, estaba muerto de risa, me dijo:
- Perdóneme umpire, yo comprendo que usted tiene la razón y me dio un abrazo.
La gente decía que Amado expulsó del juego a Pasquel, pero que Pasquel lo expulsó del País.
Su foto invadió las publicaciones, la afición mexicana lo apoyó, todos le aplaudían excepto el periódico Novedades del cual Pasquel era dueño.
Le pedían autógrafos por donde quiera y le estrechaban la mano, la escena se repetía en todas las partes que llegaba.
El ya fallecido cronista deportivo José González Barros le preguntó cualidades que debe tener un umpire y contestó:
Rectitud tanto dentro como fuera del terreno, llevar una vida ordenada y un gran conocimiento del juego y de las reglas del beisbol y por supuesto saber la psicología de los jugadores.
Él decía que en Cuba el umpire era bueno y que no se debería contratar umpires americanos, él hizo una demanda ante el ministerio del trabajo y en la denuncia escribió:
Nos oponemos a la contratación de umpires americanos para actuar en el beisbol cubano, ya que aquí hay tan capaces como ellos y en represalia de que en Estados Unidos no utilizaban umpires cubanos en las Ligas Mayores.
Le dieron la razón a Maestri.
Maestri permaneció en 1958 varios veces en el Castillo del Príncipe (prisión) por la posición que tomó en contra del gobierno y al salir ocupó su puesto tras el catcher, aquí al iniciar el juego recibió la más estruendosa ovación que el público cubano le ha dedicado a un umpire.
En 1963 falleció en La Habana, de un ataque de asma, Amado Maestri no es únicamente el mejor umpire cubano de todas las épocas, fue un hombre de verdad porque se reveló siempre contra las injusticias.
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