Por Sigfredo Barros
Para algunos es una expresión de poder, de fuerza en las muñecas. Para otros la principal habilidad necesaria en su consecución es la velocidad y la colocación de la pelota. Es el tubey, o el doblete si usted lo prefiere, el extrabase más frecuente en el juego de béisbol.
EL CAMARERO SANTIAGUERO ES UNO DE LOS MEJORES BATEADORES DEL MOMENTO. FOTO: RICARDO LÓPEZ HEVIA
Existen algunas teorías sobre si hoy en día es más difícil o no que antes conectar un tubey. La aparición de los colchones en las cercas les permite a los jardineros mayores posibilidades de atrapar un batazo pero, al mismo tiempo, la pelota al chocar rebota menos y se queda casi —muerta— alrededor de esos colchones, lo cual obliga a los guardabosques a realizar un tiro más largo.
Sea como sea, en la presente XLIX Serie Nacional hay un jugador que avanza impetuoso hacia el establecimiento de una nueva marca: el santiaguero Héctor Olivera, quien acumula 21 dobletes en los primeros 37 juegos de su equipo y pudiera pasar por arriba de la cifra en poder del bien llamado Super 12, el pinero Michel Enríquez, quien arribó quieto a segunda con sus conexiones en 37 ocasiones, rompiendo la marca anterior de 36, establecida por el granmense Yordanis Samón, en la Serie 45.
Olivera lleva un ritmo que lo pudiera convertir en el primer bateador en la historia de nuestras Series con 40 o más tubeyes. Condiciones le sobran: excelente dominio del bate, con el cual es capaz de dirigir la pelota a la banda contraria o halarla para su mano cuando el lanzamiento viene pegado.
Además, cuenta con piernas prodigiosas, muy veloces, y más de un jardinero ha pagado caro un ligero parpadeo a la hora de devolver la esférica, pues Olivera tiene, además, a su favor la longitud de sus extremidades a la hora de deslizarse en la segunda almohadilla.
LA AMENAZA DE GOURRIEL
Ayer el espirituano Yulieski Gourriel pegó tres jonrones y llegó a 17 para afianzarse en este espectacular liderato y de hecho amenazar el récord de 32, impuesto por Alfredo Despaigne en la pasada edición. Hoy Gourriel tiene un promedio de un jonrón cada 2,23 partidos, lo cual le daría, de mantener ese ritmo, 40 cuadrangulares al término de los 90 juegos.
En la jornada de este viernes, frente a Camagüey, el antesalista anotó seis veces e igualó el récord para un partido que lo compartían tres jugadores: Luis G. Casanova, Amado Zamora y Eddy Rojas. Pero más allá de la amenaza, Yulieski es en esta temporada noticia en cualquier departamento, veamos: es líder en jonrones, anotadas (44), impulsadas (49), el que más veces empuja el empate o la victoria (15), el primero en total de bases, con 115 y en slugging (821). Además, es el cuarto de los bateadores con 386 de average. Casi nada ¿verdad?
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